[Selene] Piedras Antiguas

Era un día cálido y sereno, libre de nubes y de viento. Cabalgué junto con mi guardia el trecho que me quedaba desde la ciudad al castillo de las Cuatro Estaciones. Los hombres apostados en la fortificación me abrieron las gigantescas puertas de madera con cierto esfuerzo. Entré y le dejé mi montura a un criado para que la llevara a las caballerizas. Mientras paseaba por el enorme patio de entrada, deslizaba mi mano izquierda sobre el costado del edificio. Entré por una caramente ornamentada puerta de ébano negro como la noche.

Mis pasos, inaudibles para el oído del resto de seres, retumbaban sonoramente en mis oídos, ritmicamente, a medida que avanzaba por los largo y entrelazados pasillos cubiertos por moqueta roja como la sangre. Pude divisar varios soldados enanos vigilando el lugar que agacharon la cabeza en señal de respeto al verme.

Llegué a la última entrada. En la sala contigua debía esperarme la monarca de los enanos, Lady Selene. Acomodé la capa de color zafiro tras mis hombros y empujé una de las planchas de madera que componían la puerta. Entré con pasos silenciosos, típicos de mi raza, y saludé:

-Lady Selene.

Hacia tan solo unos minutos que llevaba allí, esperando, mis guardias esperaban fura de la sala donde me encontraba, yo tranquila esperaba a mi compañía divisando las paredes de la sala donde me hallaba, jamas me cansaría de observar la estructura de las paredes y las columnas, era arte, de nuestros antepasados.

Pronto una voz, tranquila me saco de mis pensamientos, me gire para encontrar a Eden, rey de los elfos, viejos amigos de mi familia.

- Buenos días Lord Eden, ¿como se encuentra? -pregunte cortesmente-.

Sonreí y parpadeé lentamente un par de veces ante su pregunta. Luego, me adentré un poco más en la estancia, que estaba hecha de la misma manera que el resto del castillo, con formas cuadrangulares que significaban la unión entre las cuatro razas. Me situé al lado de Selene.

-Tan bien como los asuntos de mi gente me permiten estarlo-contesté con voz cantarina-¿Y vos?

Aparté una silla para permitir que mi acompañante se sentase y luego, yo hice lo mismo. La mesa de madera de caoba no estaba decorada como acostumbraba para una reunión entre monarcas, pero en ese momento, se parecía más a una reunión de antiguos amigos.

-Supongo que se preguntará por qué la he citado-deduje, mientras tamborileaba tranquilamente con mis dedos sobre uno de los brazos de mi silla-. Aunque supongo que ya sabe que el número de atentados anarquistas están aumentando en todo mi territorio...-comencé a decir. El tema me traía recuerdos de años atrás, la muerte de Lorena... Aparté esos pensamientos de mi mente. Era importante saber si contabamos con el apoyo de los enanos, ya que nuestras razas no siempre se han apoyado.

- Yo al igual que vos estoy tan bien como mis queridos ciudadanos pueden estar -dije respondiendo a su pregunta-.

Me sente en la silla que él me aparto y espere a que empezara a hablalr, obviamente sentía curiosidad por la razón de mi presencia en ese lugar, aunque mi curiosidad fue saciada rapidamente, ya que mi acompañante me revelo la razón de nuestro encuentro segundos despues de tomar asiento.

- Si, estaba al tanto de algunas revoluciones anarquistas muy problematicas que devastan diversas zonas de tu reino querido compañero -dije seriamente-. Creo que se debería acabar con estos movimientos antes de que devasten mas tierras.

Me puse a pensar en esas revoluciones, en esos hombres que se revelaban contra su sociedad, y que no solo recurrian a la violencia normal de este tipo de revoluciones, sino, que pretendian llegar mas alla, mucho mas lejos.

Me quedé pensativo un rato. A veces se me olvidaba que el tiempo pasa de manera distinta para lo elfos que para los mortales, pareciéndonos a nosotros un suspiro y a ellos una eternidad. Sacudí suavemente la cabeza de derecha a izquierda, sonreí para mis adentros y volví a mirar a Selene.

-Bien, pues, en honor a nuestro pacto de alianza, me sentí obligado a trasladarle las buenas nuevas-dije, con mi típica voz armoniosa-Mi ejército ya ha conseguido reducir a los terroristas.

Lord Edén me informo de que los terroristas ya habian sido avatidos, pero estaba completamente segura de que nuevos aparecerian pronto; siempre habia sido asi, aunque yo aun conservo la esperanza de que mejores tiempos llegarán a nuestros reinos.

- Eso es perfecto, aunque no debemos bajar las guardias, siempre habra alguien descontento que acabe formando un nuevo grupo. -dije seriamente a mi acompañante-.

-Por desgracia, lo sé-Comenté mientras me levantaba y comenzaba a pasear tranquilamente por la habitación cuadrada-Aún así, es un buen motivo de celebración.

Sonreí de nuevo y crucé las manos a la espalda.

-Cuénteme sobre su reino Lady Selene.

Sonrei, era verdad, que se hubieran acabado los ataques, auqneu fuera por unos emses, era un motivo bastante bueno de celebración

- Mi reino, esta perfecto en este momento, pronto empezaran las celebraciones para las fiestas de esta temporada, muchos ciudadanos ya estan recolectando todo lo posible, para que no falte luego algún detalle -dije con una perfecta sonrisa, pronto serian las fiestas del pueblo, y todo debia salir perfectamente, era una gran noticia que los actos terroristas cesaran- ¿Y qué tal vuestra familia? ¿Como se encuentran sus hijos? -pregunte recordando a los jovenes elfos que hacia tiempo no veia-.